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El Salvador: de Estado híbrido al autoritarismo

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Por Celia Medrano
Desde San Salvador

El 9 de febrero de 2020, el edificio de la Asamblea Legislativa de El Salvador fue militarizado como mecanismo de presión desde el Poder Ejecutivo presidido por el presidente Nayib Bukele con el supuesto objeto de que los diputados aprobaran un préstamo para reforzar su plan modelo de seguridad llamado “control territorial”, cuyo texto hasta la fecha no se conoce. Características autoritarias eran visibles en las medidas que el presidente Bukele implementó para la contención de propagación del COVID-19. Esto lo confrontó con los otros poderes del Estado, principalmente contra el órgano judicial, situación que provocó manifestaciones de preocupación desde organismos internacionales como la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas[1].

El 28 de febrero de 2021, con el 66.47% del 50.27% [2]de votos de los salvadoreños habilitados en el padrón electoral para ejercer el sufragio, el partido “Nuevas Ideas” del presidente obtuvo 56 escaños del Parlamento, un número sin precedentes en la historia electoral del país, que le garantiza al partido oficial el poder de la mayoría casi absoluta de la Asamblea Legislativa. Haciendo uso de ese poder, al primer día de asumir el control mayoritario del Parlamento, legisladores del partido oficial destituyeron el 1 de mayo de 2021, de manera ilegal, sin respeto a la norma constitucional interna y violentando las normativas internacionales[3], a 5 magistrados y 4 suplentes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Destituyeron también al Fiscal General de la República.

Un gobierno que asume características autoritarias

En el mes de febrero de 2021, el índice de democracia elaborado por “The Economist” estableció que El Salvador cayó al lugar 77 de un listado de 167 países evaluados anualmente. El país pasó de ser clasificado como una “democracia defectuosa” a un “Estado híbrido”.  Un régimen híbrido es un sistema político que mezcla características de democracia y autoritarismo. Esta categoría se usa para definir regímenes que no se clasifican como democracias plenas, pero tampoco como dictaduras.  Ningún otro país en América Latina se inclinó más hacia el autoritarismo en el año 2020 que El Salvador[4].

Casi siempre El Salvador salta a las primeras planas de la prensa internacional debido a un desastre climático, por la violencia generalizada o por una crisis política. No hay mucho interés, o al menos seguimiento desde la comunidad internacional, a los signos que marcan, cada vez de forma más acelerada, una escalada de violencia política de la que no se avizoran tendencias regresivas a corto o mediano plazo.

Rechazo generalizado a los partidos tradicionales

La firma de los Acuerdos de Paz en 1992 abrió paso a una transición de institucionalidad democrática que 30 años después exhibía muchas debilidades, pero que esencialmente constituía un marco mínimo de reglas básicas que los diferentes actores políticos respetaban y cumplían. Sin embargo, cada vez más las grietas fueron ampliándose. Los partidos políticos tienen altos niveles de rechazo y descrédito popular por la percepción pública sobre la incapacidad de garantizar reales cambios en el país. También ha habido casos de corrupción[5], además de fuertes denuncias de pactos con grupos de criminalidad organizada[6] , como lo confesado por el ex alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, del partido de derecha ARENA, para mantener bajos registros de homicidios y créditos electorales a corto plazo.

El sistema de partidos tradicional parece haber fracasado (PCN, ARENA, Democracia Cristiana, FMLN). Como señalamos anteriormente, estos partidos tienen actualmente niveles muy bajos de popularidad entre la opinión pública[7].

Tampoco un esquema de gobernabilidad bipartidista entre el FMLN y ARENA, que parecía sería de larga data, pudo sobrevivir.  Ambos partidos políticos que tuvieron recientemente el Poder Ejecutivo, fracciones parlamentarias significativas en el órgano legislativo y control de varias municipalidades, no pudieron hacer algo significativo para evitar que El Salvador sea uno de los países más desiguales del planeta[8] y uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de 19.5 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2020[9].

Del descrédito de la clase política surgió desde las filas del FMLN una figura aparentemente joven, fresca y “nueva”. Los problemas de corrupción y poco éxito de políticas públicas en materia de seguridad en las últimas décadas de parte del sistema tradicional de partidos políticos generaron las condiciones que podrían explicar la fuerza electoral de los grupos de poder que impulsan la figura de Nayib Bukele.

Uso proselitista del Estado

Desde que asumió el Poder Ejecutivo, el presidente Bukele y su partido “Nuevas Ideas” se dedicaron al proselitismo electoral utilizando recursos gubernamentales. Toda acción del gobierno tuvo marca electoral. Por ejemplo, el reparto de víveres por parte del ejército junto con candidatos del partido oficial durante la pandemia, y la gestión con China para la donación de vacunas, fueron divulgadas a todos los niveles en tanto se atacaba a periodistas independientes, a críticos y opositores, a través de medios oficiales también financiados con recursos públicos.

Corrupción al interior del gobierno de Bukele

Los alimentos distribuidos durante la pandemia fueron comprados por el gobierno a empresas procesadas por corrupción en México[10],y  familiares de ministros se favorecieron con la compra de insumos como mascarillas y protectores, sin tener las calificaciones para hacerlo[11]. El gobierno decretó una reserva legal por siete años que en la práctica bloquea el acceso a información pública que permita establecer cuántas vacunas han sido compradas, cuántas han sido donadas, a qué precio se han comprado. Y cómo y con qué criterios han sido distribuidas, y si existe o no existe un plan de vacunación. Denuncias graves de corrupción en carteras gubernamentales como el Ministerio de Hacienda, Ministerio de Salud y Ministerio de Agricultura se minimizan desde el periódico gubernamental y desde las radios controladas por el gobierno. Un incontable número de cuentas en Facebook, Twitter y ”youtubers” acreditados desde la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia, en una sola orquesta, llamaban a votar por la “N” de Nayib Bukele para las elecciones de alcaldes y diputados, asegurando una Asamblea Legislativa a favor del Presidente. El objetivo era erradicar a los que la oficialidad llamó “los mismos de siempre” y “dipuratas” (diputados ratas en alusión a políticos corruptos).

Denuncias sobre vínculos de funcionarios gubernamentales con grupos de crimen organizado estaban siendo investigadas por el fiscal Raúl Melara, destituido por la Asamblea Legislativa afín al gobierno. Uno de los casos más relevantes es el del ex ministro de Justicia y Seguridad, Rogelio Rivas, que (trascendió) recolectaba fondos para financiar su propia campaña presidencial en el año 2024 aparentemente sin el aval del presidente Bukele[12] y ha sido sustituido por Héctor Gustavo Villatoro, quien ha sido investigado por contrabando y corrupción[13].

Aún conocedores de la condena internacional que se desataría contra el quiebre de la ya débil institucionalidad democrática, los grupos de poder que controlan el órgano ejecutivo, y ahora controlan al órgano legislativo, al órgano judicial y al Ministerio Público, apostaron a que las reacciones internas serían muy débiles y que la reacción internacional no sería lo suficientemente fuerte para detenerles. Tampoco  fue lo suficientemente fuerte para evitar que el asalto militar contra la Asamblea Legislativa el 9 de febrero 2020 quedase en la impunidad. Representaciones diplomáticas de la Unión Europea, Canadá, Chile y Estados Unidos manifestaron su preocupación públicamente y también lo hicieron en una reunión supuestamente cerrada a invitación de gobierno que posteriormente, sin conocimiento de los diplomáticos, fue transmitida en cadena nacional de radio y televisión[14].

Presión de Estados Unidos

Solo el representante de la Embajada de Estados Unidos en El Salvador no asistió a la reunión convocada por Bukele. Cada vez son más intensas las confrontaciones entre el presidente y el gobierno estadounidense, muy diferente a la publicitada buena relación[15] con Ronald Johnson, ex embajador de Estados Unidos nombrado por el expresidente Donald Trump[16]. El presidente salvadoreño no recibió a Ricardo Zúñiga, designado por el gobierno de Joe Biden para el triángulo norte de Centroamérica en su primera visita a El Salvador en abril de este año. También, en respuesta a lo afirmado por Zúñiga, en su segunda visita al país apenas dos semanas después, en que señaló que Estados Unidos no estaba de acuerdo con la destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional el 1 de mayo, el Presidente Bukele escribió en su cuenta oficial de Twitter que “los cambios que estamos realizando son IRREVERSIBLES”[17].

La ex embajadora de Estados Unidos en El Salvador, Mary Carmen Aponte, habla de la discusión al interior de círculos políticos en Estados Unidos de responder a Bukele con el bloqueo del flujo de remesas que casi 3 millones de salvadoreños envían a sus familias en El Salvador, una cantidad que alcanzó en 2020 a casi 6 mil millones de dólares, aproximadamente el 23% del Producto Interno Bruto del país. No habría duda de que una presión de esa naturaleza podría diezmar a éste o a cualquier otro gobierno, a la que podría sumarse el aumento de deportaciones, la suspensión del estatus de protección migratoria temporal a 190 mil salvadoreños bajo el beneficio de TPS y jóvenes salvadoreños acogidos como “dreamers” en el programa DACA.  Sin embargo, ¿deben pagar cientos de familias que dependen de estas remesas y programas la desacertada política del  gobierno de Bukele contra el gobierno de la fórmula Biden/Harris?

Impunidad

Ya nombrados nuevos magistrados de la Sala de lo Constitucional destituida y  un nuevo Fiscal General que llegaron a asumir sus puestos con protección policial para contrarrestar protestas y resistencias, ahora todos los poderes estatales están alineados ad hoc a los intereses del Poder Ejecutivo. Quedan archivadas las investigaciones de denuncias de corrupción y criminalidad de funcionarios y personas afines al partido oficial, así como quedan archivadas en la Asamblea Legislativa propuestas de ley que por 10 años organizaciones sociales cabildearon para el reconocimiento constitucional del agua como derecho humano[18], protección a la labor periodística o transparencia y acceso a la información pública. Más de 8 mil empleados y empleadas estatales han sido despedidos sin respeto a procesos garantes de sus derechos desde que el presidente Bukele asumió el gobierno[19]. ¿Tendría sentido presentar recursos legales para hacer valer derechos constitucionales si se sabe que el máximo tribunal del país ha sido impuesto y responde únicamente al partido oficial responsable por esas violaciones?

Una protesta frente al Monumento de la Constitución en la capital logró convocar a unas 500 personas, quienes, pese a saber de las posibles consecuencias que les acarrearía, protestaron por lo ocurrido el 1 de mayo. Los medios oficiales se han burlado de lo que llaman un pequeño grupo de insatisfechos[20] que está en contra de una mayoritaria voluntad popular que aplaude y avala lo actuado por la fracción legislativa de Nuevas Ideas y los ahora aliados de los viejos partidos políticos del PCN y PDC. Sin embargo, la pequeña concentración también deja claro que hay y habrá resistencia, así como hay y habrá resistencia desde medios de comunicación que luchan y lucharán por su independencia.

No hay nada de nuevo en la imposición de fines políticos mediante el uso de fuerza militar y policial. No hay nada de nuevo en que acciones populistas y mediáticas sean eficaces para lograr apoyo de poblaciones para las que palabras como “democracia” e “institucionalidad” parecen muy lejanas de sus necesidades inmediatas. No puede culparse a la población de este resultado electoral si ninguna fuerza política ha apostado a fondo por la formación ciudadana de los salvadoreños, puesto que una ciudadanía informada no es fácilmente manipulable.

El autoritarismo puro ha logrado imponerse nuevamente en El Salvador aprovechando las debilidades internas de la misma comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, que tiene la prioridad de resolver primero problemas en su propia casa, incluyendo lo que se conoce como la mayor crisis migratoria en su frontera sur. El gobierno de Bukele mantendrá sus alianzas con el llamado “trumpismo” y buscará consolidarse intentando tener el apoyo de otras potencias como China y Rusia. Para los que no engrosen la migración salvadoreña hacia Estados Unidos (5 mil 800 migrantes salvadoreños han sido detenidos por la patrulla fronteriza estadounidense tan solo en los meses de febrero y marzo de 2021), no les queda otra alternativa que someterse o sumarse a una nueva generación de organización social que se gesta y prepara para lo que se avecina como una larga lucha por recuperar lo que se creía ya estaba ganado en materia de institucionalidad democrática.

La comunidad internacional está llamada a no tolerar el nacimiento de una nueva dictadura en el mundo. La historia se repite en el país más pequeño de América Latina. ¿Tendremos que esperar a que llenen los titulares las cifras de 60 mil asesinados, 7 mil desaparecidos y una guerra de 12 años para hacer algo realmente contundente o podremos actuar más ágilmente esta vez?

 

Celia Medrano es periodista salvadoreña, especializada en derechos humanos y educación para la paz.

 

[Crédito foto: dominio público, Casa Blanca]

 


 

Fuentes

[1] Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas de Derechos Humanos (OHCHR). “El Salvador: Bachelet preocupada por la erosión del estado de derecho en medio de las medidas para la COVID-19”.

[2] Tribunal Supremo Electoral de El Salvador (TSE). 12/03/2021. Escrutinio final 2021. Resultados de Asamblea Legislativa. https://escrutinio2021.tse.gob.sv/asamblea/nacional

[3] Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Comunicado de prensa 03/05/2021. “La CIDH condena la destitución de magistradas y magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Suprema Corte de Justicia, sin respeto a las debidas garantías e insta a El Salvador a preservar al Estado de derecho”.

[4] Global Democracy Index 2020. The Economist. “Global democracy has a very bad year.”,https://www.economist.com/graphic-detail/2021/02/02/global-democracy-has-a-very-bad-year

[5] “Nicaragua da asilo político al expresidente Funes, investigado por cinco delitos de corrupción”. Septiembre 2016. Periódico Digital “El Faro”. https://elfaro.net/es/201609/el_salvador/19214/Nicaragua-da-asilo-pol%C3%ADtico-al-expresidente-Funes-investigado-por-cinco-delitos-de-corrupci%C3%B3n.htm

[6] Muyshondt reitera que le pagó miles de dólares a pandilleros “para que la gente saliera a votar”. Enero 2020. El Salvador Times. https://www.elsalvadortimes.com/articulo/politicos/muyshondt-reitera-pago-extorsion-pandilleros-gente-saliera-votar/20200128113901066678.html

[7] Los salvadoreños opinan sobre evento electoral. Diciembre 2020. Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”(UCA). https://www.uca.edu.sv/iudop/wp-content/uploads/PPT-PRELECTORAL-Noviembre-2020.pdf

[8] En El Salvador, el 20% de la población más rica concentró el 44% de la riqueza, mientras que el 20% más pobre tan solo recibió el 6,4%.

[9] La tasa de homicidios de El Salvador es de 19.5 homicidios por cada 100,000 habitantes. Esta cifra está por debajo de Honduras con 37.4 y Belice con 24.3 homicidios por cada 100,000 habitantes. La tasa conjunta de homicidios en los países de Centroamérica es cinco veces mayor que la tasa mundial.

[10] “El Salvador: compras de alimentos a México crecieron más de 300% en 2020”. Abril de 2021. El Economista. https://www.eleconomista.net/actualidad/El-Salvador-compras-de-alimentos-a-Mexico-crecieron-mas-de-300-en-2020-20210412-0001.html

[11] “Gobierno compró $250,000 en máscaras a funcionario”. Junio de 2020. El Diario de Hoy. https://www.elsalvador.com/noticias/corrupcion-compras-misal-caretas/725609/2020/#:~:text=El%20mi%C3%A9rcoles%2C%20en%20conferencia%20de,del%20Ministerio%20de%20Medio%20Ambiente.

[12] El Faro. 28/04/2021. Rogelio Rivas fue despedido porque el OIE informó que construía una candidatura presidencial.

[13] “Nuevo ministro de Seguridad de El Salvador carga un dudoso pasado”.  Abril 2021. Insigh Crime.  https://es.insightcrime.org/noticias/nuevo-ministro-seguridad-salvador-dudoso-pasado/

[14] “Nayib Bukele convoca a embajadores y desafía a la comunidad internacional”. Mayo 2021. SEMANA. https://www.semana.com/mundo/articulo/nayib-bukele-convoca-a-embajadores-y-desafia-a-la-comunidad-internacional/202149/

[15] “El presidente @nayibbukele subió a su cuenta de Twitter una foto donde se le puede observar cenando en Miami con el Embajador Ronald Johnson @USAmbsv”. Diciembre 2019. Twitter de La Prensa Gráfica.

[16] “Bukele despide a embajador Johnson y “duda” tener amistad igual con quien lo sustituirá”. Enero 2021. La Prensa Gráfica. https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Bukele-despide-a-embajador-Johnson-y-duda-tener-amistad-igual-con-quien-lo-sustituira-20210118-0082.html

[17] “El Salvador: EEUU no está de acuerdo con destitución jueces”. Mayo 2021. Associated Press. https://apnews.com/article/noticias-6fba3576fca48f5e12a865b004f8efda

[18] “Nuevas Ideas y Gana archivan la ley de agua que llevaba un 69 % de avance en discusión”. Mayo 2021. Revista Gato Encerrado. https://gatoencerrado.news/2021/05/14/nuevas-ideas-y-gana-archivan-la-ley-de-agua-que-llevaba-un-69-de-avance-en-discusion/

[19] “8 mil despidos desde que asumió Bukele, dice el Movimiento de Trabajadores Despedidos”. Mayo 2021. El Movimiento de Trabajadores Despedidos acudió al enviado especial de EUA Ricardo Zúñiga para pedirle apoyo tras crisis política. La Prensa Gráfica. https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/8-mil-despidos-desde-que-asumio-Bukele-dice-el-Movimiento-de-Trabajadores-Despedidos-20210512-0115.html

[20] “Poca afluencia de personas en protesta contra la Asamblea Legislativa en San Salvador”. El presidente de la República, Nayib Bukele, reaccionó, y ante la escasa cantidad de personas que se presentaron comentó: «Lo que me gusta de la oposición es que siempre guardan todas las medidas de distanciamiento social». Mayo 2021. Diario El Salvador. https://diarioelsalvador.com/poca-afluencia-de-personas-en-protesta-contra-la-asamblea-legislativa-en-san-salvador/74539/