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Turismo en Cuba: Su racismo subyacente

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Originalmente escrito por Seohyeon Yang, Analista en el Consejo de Asuntos Hemisféricos

Traducido en castellano por Juan Sebastian Chavarro, Analista en el Consejo de Asuntos Hemisféricos

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El presidente Barack Obama ha dado un paso histórico en la relación entre los Estados Unidos y Cuba durante su visita oficial a la Habana el pasado 20 de marzo. Cinco días antes, la Casa Blanca había anunciado planes de flexibilizar el embargo y su restricción con respecto al uso del Dólar en Cuba, al igual que permitir a los ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba por motivos educativos.[1]

En los años pertinentes a la administración de Obama, las relaciones entre Washington y la Habana han ido mejorando gradualmente. La continuación del cambio en las relaciones se hizo evidente en la reactivación de la embajada estadounidense en la Habana, demostrando voluntad para reinstaurar y normalizar lazos diplomáticos. El anuncio de la Casa Blanca del 14 de diciembre de 2014, sobre la reapertura de su embajada ha asentado las bases para la continuación del debate sobre el levantamiento del embargo. Todavía hacen falta algunas transiciones, pero el actual gobierno de Cuba ha hecho eco al interés del presidente Obama. Su administración continúa propugnando por una flexibilización del embargo; el Congreso protesta. El primer cambio notable es que los ciudadanos estadounidenses ahora pueden viajar legalmente a Cuba. Las líneas aéreas y compañías de cruceros están preparándose para abrir nuevas rutas a Cuba.

De cualquier manera, la preocupación de muchos cubanos es más alta de lo esperado, particularmente porque que el turismo beneficiará solo a grupos específicos. Incluso, si es cierto que el desarrollo del turismo también ayuda al Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba, el crecimiento desbalanceado de la industria acentuará la diferencia económica entre los habitantes de la isla, alimentando tensiones y conflictos actuales en el país.

¿Quién se beneficia del turismo en Cuba?

Un Nuevo Océano Azul: Los Inversionistas Extranjeros Babeando Sobre el Mercado Cubano

Las empresas estadounidenses, especialmente esas pertenecientes al turismo, han demostrado un fuerte deseo de expandirse a suelo cubano. El 11 de marzo el ministro de turismo de Cuba anunció que, hasta la fecha, un millón de turistas extranjeros han visitado la isla en el 2016, un incremento de 14.6 por ciento comparado al porcentaje de turismo ocurrido durante el mismo período en el 2015.[2] Las compañías de cruceros y las aerolíneas están compitiendo para aprovechar esta nueva oportunidad de negocios. Desde que el Caribe es un destino deseable para pasajeros de todo el mundo, el hecho que los estadounidenses puedan ahora viajar a Cuba augura ser un estímulo grande para el turismo de cruceros en Cuba—especialmente porque más de la mitad de los pasajeros de cruceros vienen de Estados Unidos. Según Granma, el periódico oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, cerca de 20.000 cruceros visitaron Cuba en el 2015. No es sorprendente que más compañías como Royal Caribbean Cruise International, Carnival, Norwegian Cruise Line, Harmark, Costa Cruises, mediaterranean Shipping Company, Pearl Seas Cruises y United Caribbean Lines estén contactando a la isla acerca de su inclusión como un nuevo destino.[3]

“Serán los intereses de los negocios de los Estados Unidos lo que finalmente empujen al Congreso a levantar el embargo,” dijo Belmont Freeman, un arquitecto cubano-estadounidense establecido en la ciudad de Nueva York.[4]

Las compañías estadounidenses de telecomunicaciones, construcción y distribución también persiguen oportunidades en Cuba. El año pasado Verizon Wireless se convirtió en la primera compañía estadounidense en ofrecer servicio de conexión itinerante (roaming) en Cuba. (El servicio provee acceso a Internet a usuarios de computadores cuando estos estén fuera de casa al precio de una llamada local o por un precio considerablemente más bajo que lo que cuestan las llamadas regulares de larga distancia.) Además, el 14 de marzo Verizon firmó un acuerdo de interconexión directa con Etecsa, la empresa del gobierno que tiene monopolio sobre las telecomunicaciones cubanas. Sprint y AT&T también están negociando con Etecsa para su participación en la industria. Esta variedad de compañías estadounidenses que buscan acceso en Cuba necesitan más avances en las relaciones de los Estados Unidos y Cuba para lograrlo.

Crecimiento del PIB: El Gobierno Cubano Apunta al Desarrollo de la Industria del Turismo.

El portafolio de oportunidades para la inversión extranjera anual del Gobierno cubano revela su interés en inversores extranjeras que planean habilitar enlaces con el mercado cubano.[5] El propósito de la publicación es ubicar la inversión extranjera en sectores priorizados en el planeamiento de la economía cubana. De acuerdo con la edición 2015, 94 de 326 proyectos en oportunidades de inversión total están basadas en el turismo, lo cual cuenta por cerca del 30 por ciento de 12 sectores primarios (los otros 11 incluyen petróleo, agricultura-comida, energía renovable, y construcción). Entre los proyectos están las extensiones de áreas de resort y la construcción de hoteles de lujo, villas, y campos de golf. La inversión extranjera en el turismo y en bienes inmobiliarios alcanzó el 52 por ciento del capital extranjero total invertido en el 2014.[6]

Cuba ha priorizado el turismo para ayudar a estabilizar la economía. Desde que alcanzó el pico máximo de su crecimiento, a la vuelta del siglo XXI, la economía cubana no se ha expandido a raíz de una variedad de razones domésticas, político-regionales, y económicas. La colaboración con Venezuela, por ejemplo, se debilitó después de la muerte en 2013 del previo presidente venezolano, Hugo Chávez. Como el máximo socio comercial de Cuba, Venezuela representaba el 37.6 por ciento de su comercio con el extranjero en el 2014; Venezuela suplía a la nación isla de hasta 53.000 barriles de petróleo diarios a cambio de la ayuda de cubanos altamente preparados en educación, servicio médico, ciencia y tecnología. La inestabilidad económica y política en Venezuela desde el 2013, sin embargo, ha causado una disminución importante en el petróleo exportado a Cuba.[7] Esto ha iniciado un efecto dominó en el comercio cubano, a medida que el 16.6 por ciento de sus exportaciones constan de productos combustibles refinados hechos del petróleo. La caída de los precios del petróleo crudo ha puesto las exportaciones en aun más riesgo, considerando que el azúcar y el níquel conforman el 15.2 y el 9.4 por ciento del total de las exportaciones de Cuba, respectivamente.[8]

Con las oportunidades de comercio tambaleándose, la nación está tratando de prevenir una repetición del Periodo Especial sucedido a finales de la década de 1980 y a comienzos de los 1990s, la situación económica más devastadora en la historia de Cuba. La economía de la nación sufrió agudamente después del colapso en 1991 de la Unión Soviética, su máximo socio comercial. Junto con otras reformas económicas que siguieron al Periodo Especial, el Gobierno desarrolló el turismo mediante la inversión de 3.500 millones de dólares estadounidenses entre 1990 y 1999; el turismo era la mejor opción post-soviética para atraer la moneda e inversión extranjera.[9] Estas políticas han resultado en un incremento de ocho veces en el salario bruto, y en una duplicación del número de trabajos.

¿Quién está a la sombra del Capitalismo?

  • Gente Excluida del Turismo

Los cubanos que pueden se apresuran en conseguir trabajos en el campo del turismo, dadas las posibles ganancias que se pueden obtener por la tasa de cambio entre el Peso Cubano (CUP) y el Peso Cubano Convertible (CUC). Cuba implementó un sistema de moneda dual en 1994 cuando el presidente Fidel Castro permitió el uso restringido de dólares estadounidenses en el turismo. Al comienzo, la moneda de CUC era sólo usada por extranjeros en el sector del turismo, o por locales que recibían dinero del extranjero y adquirían bienes de lujo importados o bienes para la casa, que se autorizaban con restricciones. Esta moneda causó sin embargo un dilema económico insoluble, a medida que con el paso del tiempo el sector privado creció y la división del uso entre las dos monedas desapareció. Hoy en día, para muchos locales que trabajan en turismo las CUC y CUP son intercambiables, desde que ambas pueden ser usadas en la mayoría de negocios locales. Por otro lado, los cubanos que trabajan únicamente para el gobierno, que componen alrededor del 72 por ciento de la población, no tienen acceso a la CUC porque las transacciones oficiales del Gobierno solo se hacen con CUP.[10] La gente que trabaja para el Estado gana en promedio 640 CUP mensuales, lo que equivale a 28 dólares estadounidenses[11]. Con estos salarios, los empleados del Gobierno apenas generan lo suficiente para pagar los costos de vida, incluso si obtienen raciones de comida y suplementos caseros por parte del gobierno.

En su artículo, Las Crecientes Disparidades Económicas y Sociales de Cuba: Impacto y Recomendaciones para el Cambio, Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito en economía y estudios Latino Americanos en la Universidad de Pittsburgh, escribe acerca de ingresos promedios de diferentes trabajos en los sectores públicos y privados en Cuba. Él señala que los profesores universitarios, quienes trabajan en el sector público, reciben entre 300 a 560 CUP mensuales, mientras que conductores de camioneta reciben entre 10.000 a 20.000 CUP mensuales[12]. Esta es la razón por la que los cubanos jóvenes, quienes apenas comparten la ideología de sus padres y abuelos revolucionarios, tratan de encontrar un futuro diferente en el turismo con la esperanza de mejorar su subsistencia. El sentimiento de carencia está incrementando entre la mayoría de cubanos, quienes no pueden incorporarse completamente al turismo; la industria valora la eficiencia y competencia, pero no puede acomodar a todos los desempleados. Cuba ya está enfrentando la sombra del capitalismo.

  • Racismo en la Base de la Situación

La mayoría de los jóvenes se ven frustrados ante la incapacidad estructural de encontrar empleo en el turismo. Inexcusablemente, la admisión involucra la barrera del racismo: la discriminación racial en el turismo pone a los cubanos que no son blancos en condiciones inmensamente desfavorables, comparado a los que sí lo son. El racismo no era mencionado como un problema social notable en Cuba desde el triunfo de la Revolución en 1959, hasta los 1990s. Como fue comentado antes en el artículo de COHA Racismo Revolucionario en Cuba del 2011, el Gobierno de Fidel Castro hizo de la discusión racial un tabú por la extrema convicción sobre su completa abolición en la isla mediante la Revolución.[13] En todo caso, a medida que el Período Especial se acercaba, los cubanos descubrieron esta debilidad en su sociedad. El orgullo que los afro-cubanos tenían en la revolución y su historia se resintió por la dependencia económica y política que el país tenía de la Unión Soviética, y cuando ésta forzadamente disminuyó, los mismos se sintieron abandonados. La falta de unidad social llevó al empeoramiento de la discriminación racial, especialmente en el turismo.

Éste había sido un problema de antigua presencia, pero no era aparente públicamente hasta hace pocos años ya que era silenciado. Una percepción subyacente de discriminación racial prevalece entre los cubanos a quienes la Revolución no benefició tanto como si lo hizo con otros. En su ensayo Raza e desigualdad en Cuba, 1899-1981, Alejandro de la Fuente, director del Centro Hutchins para la Investigación Africana y Afro-Americana de la Universidad de Harvard, muestra las normas del racismo en la sociedad cubana.[14] La blancura de la piel es todavía aludida como propia a un conjunto de ventajas- más bonita, más inteligente y moderna- mientras que la negrura es vista como algo que tiene que ser mejorado. Sorprendentemente, “mujeres negras o mulatas que dan luz a niños de piel clara son referidas como poseedoras de ‘buenos vientres’, mientras que esas cuya descendencia es más oscura son definidas como poseedoras de ‘malos vientres’.”[15]

En el creciente sector privado, donde las regulaciones y leyes son menos controladoras que en los sectores del Gobierno, los incidentes de discriminación racial son más evidentes. Negros y mulatos son menos capaces de entrar a la industria turística porque no son bienvenidos. Para su artículo Encuentros Íntimos: Economías Afectivas en Cuba y en la Republica Dominicana, Amalia L. Cabezas, una profesora en la Universidad de California, Riverside, entrevistó a trabajadores de hoteles y resorts en Cuba.[16] Notó que los institutos de hospitalidad y turismo enseñan que ser “atractivo” es priorizado para conseguir trabajos lucrativos. La belleza ideal en esta sociedad incluye la piel más clara que los cubanos blancos tienen. Por esa discriminación, los cubanos mulatos y negros son menos competitivos en el mercado de trabajos en turismo. Incluso si entran en él, tienen dificultades para ser asignados a posiciones en las cuales tendrían contacto directo con los turistas, tales como por ejemplo posiciones de taxistas, empleados de recepción, y de gerentes; en lugar de ello, son contratados como asistentes de cocina y limpiadores de cuarto, haciendo trabajo más duro por menos remuneración. (El artículo fue publicado en la revisión europea de estudios Latino Americanos y del Caribe, 2011.)

Extrañamente, el racismo parece no existir en Cuba estadísticamente. Los negros y mulatos están bien representados en posiciones de alta jerarquía, en la Asamblea Nacional (35 por ciento) y el Comité Central del Partido Comunista Cubano (31 por ciento).[17] El más reciente censo nacional, publicado en el 2012, identifica a la población cubana no-blanca como el 36 por ciento. Esta visión oficial disminuye el porcentaje de la población no-blanca en Cuba, que otras fuentes estiman como del 72 por ciento. (El Departamento de Estado de los Estados Unidos estima que el 62 por ciento de la población cubana es negra, y escolares cubanos, tales como Esteban Morales Domínguez, un economista de la Universidad de La Habana, afirma que los afro-cubanos constituyen hasta el 62 y 72 por ciento de la población.)[18]

Alejandro de la Fuente cuestionó la legitimidad del reporte del censo nacional del Gobierno cubano, expresando que la desinformación provino de la “eliminación cuidadosa” por parte del Gobierno.[19] En su artículo, Desigualdad Racial y Salarial en la Cuba Contemporánea, de la Fuente escribió que, comparados con el censo nacional de 1981, censos más recientes han carecido de información racial acertada y usado una metodología en cierto modo imprecisa.[20] En el censo de 1981, se le pidió a la población identificar su raza. En el censo del 2005, sin embargo, a los mismos no se les preguntó la identificación de su raza; en su lugar, los encuestadores identificaron los colores de los censados arbitrariamente por color de piel. Esta es la razón por la que la cifra oficial de la población de los cubanos no-blancos difiere de lo que las otras fuentes muestran. Aparte de esto, aunque muchos estudios conducidos sobre el turismo cubano indican que la desigualdad racial y la discriminación si existen, las estadísticas oficiales de facto de la distribución racial en el turismo son difíciles de encontrar, particularmente en cualquier fuente de parte del Gobierno. Entendiblemente, de la Fuente hace un llamado por la concientización política y voluntad para tratar con la desigualdad racial y crear trabajos de más alta paga en turismo, que sean accesibles para todos.

  • El Turismo Desmantelando la Sociedad Cubana: Amenaza Potencial a los Países en Vías de Desarrollo

Como en cualquier otro lugar, un turismo creciente representa una amenaza a la sociedad y economía del país en el largo plazo. Una creciente diferencia en ingresos y una problemática falta de unión social son los más grandes obstáculos al crecimiento sostenible en muchos de los países en vías de desarrollo. Ejemplos en otros países en desarrollo tales como China, vistos como un modelo ideal de reforma económica por muchos países en desarrollo, apunta a la falta de cohesión como el problema social más serio. A causa del desarrollo bajo la dirección del Gobierno y los vastos recursos a su disposición, China ha alcanzado los mismos niveles que muchos países desarrollados. La falta de unidad surge principalmente de conflictos relacionados con minorías étnicas. China consiste de 56 grupos étnicos entre los que se cuentan los chinos Han, la comunidad más representada (más del 91 por ciento de la población). Aunque los otros grupos suman menos del 10 por ciento de la población china, estos habitan cerca del 64 por ciento del territorio del país, principalmente en zonas fronterizas.[21] China considera la unidad de diferentes grupos sociales un objetivo importante, e intenta resolver las tensiones y conflictos con soporte económico. Sin embargo, la discriminación y marginalización implícitas en la cultura y economía convencional indudablemente se están empeorando. El Gobierno chino subestima el número de bajas y arrestos en la agitación tibetana del 2008, y la mayoría de protestas y movimientos de independencia se mantienen sin ser reportados. Desde que el crecimiento económico se ha estancado, estallidos de insatisfacción y conflicto no pueden ser manejados sin el uso de fuerza, y la efectividad de esta tiene límites, de acuerdo con el académico chino Zhou Xiao Zheng.[22]

La desunión social china causada por la discriminación étnica no es algo distante del racismo en Cuba. Recientemente, los medios internacionales han notado música negra hip-hop cubana y clandestina, sobresaliente en parte por sus agudas críticas del gobierno. Raperos clandestinos dicen que ellos representan gentes desfavorecidas que no pueden beneficiarse del turismo: los afro-cubanos, las mujeres y la juventud. Las violaciones de derechos humanos de parte del Gobierno no son nada nuevo, pero pocos esperaban que tal arrestaría a más de 50 protestantes pocas horas antes de la visita del Presidente estadounidense, cuando la Habana era un hormiguero de reporteros provenientes de todo el mundo. Los protestantes, Las Damas de Blanco, mayormente las hijas y esposas de prisioneros disidentes, protestan no solo contra su propio Gobierno sino también contra la decisión de la administración estadounidense de normalizar las relaciones con Cuba, aludiendo a sus dudas de que esto solucionaría el sufrimiento de los cubanos.

Conclusión

En conjunto con el progreso de las relaciones políticas entre Washington y la Habana, las expectativas están creciendo. Muchos académicos sugieren que los intereses comerciales catapultarán el levantamiento del embargo. El Gobierno cubano también ha adaptado sus intereses hacia esta nueva dirección. Habiendo aprendido del periodo especial, Cuba está tratando atraer monedas fuertes a su economía mediante el desarrollo del turismo y la creación de un ambiente más amigable hacia los inversionistas extranjeros, para ayudar a su precaria economía. Ciertamente, el desarrollo en este sector va a mejorar la situación económica de Cuba si hay un crecimiento del PIB en unos pocos años, pero la mayoría de cubanos, quienes trabajan para el Gobierno, no tienen acceso a los pesos cubanos convertibles, que tienen 24 veces el valor que los pesos cubanos locales, lo cual va a ampliar más pronunciadamente las diferencias en ingresos entre estos y la gente trabajando en el sector no gubernamental, liderado por la industria del turismo.

Aún más serio, la inaccesibilidad estructural bloquea a los afro-cubanos, mulatos y mestizos a conseguir trabajos en el turismo. La desigualdad racial cubana no ha sido discutida por un largo tiempo, consolidando aún más los prejuicios de la piel blanca como una característica de belleza, que los blancos están mejor educados, y vagamente que estos gozan de una mejor apariencia. Esto crea discriminación racial en el mercado laboral del turismo, el cual se enfoca en trabajadores ‘atractivos’ para mostrar una mejor imagen de Cuba a los turistas. Mirando al incremento masivo del turismo venidero a la vuelta de la esquina, la mayoría de los cubanos se sienten excluidos y aislados. China es una nación en desarrollo que ha experimentado la polarización de ingresos y la desunión social, lo cual puede volverse un problema de cuidado a medida que su economía se lentifica. El Gobierno cubano, como el de China, no ha hecho un gran esfuerzo en lidiar con la desigualada racial en el turismo. A medida que el turismo continúa incrementando el PIB cubano, la importancia de la unidad social entre diferentes grupos sociales, incluyendo esos que se dividen por raza e ingreso, tiene que ser expuesta en la propuesta cubana, o la vida de la mayoría de cubanos no mejorará bajo el Gobierno actual.

Originalmente escrito por Seohyeon Yang, Analista en el Consejo de Asuntos Hemisféricos

Traducido en castellano por Juan Sebastian Chavarro, Analista en el Consejo de Asuntos Hemisféricos

Ésta es una contribución gratuita producida por el Consejo de Asuntos Hemisféricos. Si desea republicarla, por favor ponga nuestra información institucional. Los derechos exclusivos pueden ser negociados.

Foto destacada: President Obama With Cuban President Castro at Estadio Latinoamericano in Havana, Cuba.Tomado de Wikimedia.

[1] “Statement by White House Press Secretary Josh Earnest on the Publication of New Regulatory Changes for Cuba Sanctions.” March 15, 2016. Accessed April 27, 2016. https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2016/03/15/statement-white-house-press-secretary-josh-earnest-publication-new.

[2] “One Million Tourist Arrivals to Cuba.” March 14, 2016. Accessed April 27, 2016. http://en.granma.cu/tourism/2016-03-14/one-million-tourist-arrivals-to-cuba.

[3] “Cruise Ship Tourism Expanding in Cuba.” November 9, 2016. Accessed April 27, 2016. http://en.granma.cu/tourism/2015-11-09/cruise-ship-tourism-expanding-in-cuba.

[4] Wainwright, Oliver. “Cuba for Sale: ‘Havana Is Now the Big Cake – and Everyone Is Trying to Get a Slice'” February 01, 2016. Accessed April 27, 2016. http://www.theguardian.com/cities/2016/feb/01/cuba-for-sale-havana-is-now-the-big-cake-and-everyone-is-trying-to-get-a-slice.

[5] Cuba Portfolio of Opportunities for Foreign Investment 2015. PDF. Havana: Foreign Trade Ministry, November 3, 2015.

[6]Ibid

[7] WEISSENSTEIN, MICHAEL. “U.S. Approves First Factory in Cuba since 1959.” The Globe and Mail. February 15, 2016. Accessed April 27, 2016. http://www.theglobeandmail.com/report-on-business/international-business/us-business/us-approves-first-factory-in-cuba-since-1959/article28761433/.

[8] Ibid

[9] A Jayawardena, Chandana. “International Journal of Contemporary Hospitality Management.” Revolution to Revolution: Why Is Tourism Booming in Cuba?: : Vol 15, No 1. 2003. Accessed April 27, 2016. http://www.emeraldinsight.com/doi/abs/10.1108/09596110310458990.

[10] Fernandes, Sujatha. “What Do Cubans Think of Normalization With the United States?” The Nation. February 09, 2016. Accessed April 27, 2016. http://www.thenation.com/article/what-do-cubans-think-of-normalization-with-the-united-states/.

[11] Ibid

[12] Mesa-Lago, Carmelo. Growing Economic and Social Disparities in Cuba: Impact and Recommendations for Change. Miami: Institute for Cuban and Cuban-American Studies, University of Miami, 2002.

[13] “Revolutionary Racism in Cuba.” COHA. June 21, 2011. Accessed April 27, 2016. https://coha.org/revolutionary-racism-in-cuba/.

[14] Fuente, Alejandro De La. “Race and Inequality in Cuba, 1899-1981.” Race and Inequality in Cuba, 1899-1981. January 1995. Accessed April 27, 2016. http://jch.sagepub.com/content/30/1/131.extract.

[15] Ibid.

[16] Cabezas, Amalia L.. 2011. “Intimate Encounters: Affective Economies in Cuba and the Dominican Republic”. Revista Europea De Estudios Latinoamericanos Y Del Caribe / European Review of Latin American and Caribbean Studies, no. 91. Centrum voor Studie en Documentatie van Latijns Amerika (CEDLA): 3–14. http://www.jstor.org/stable/41305290.

[17] Fuente, Alejandro De La. “Race and Income Inequality in Contemporary Cuba.” NACLA. July/August 2011. Accessed April 27, 2016. https://nacla.org/article/race-and-income-inequality-contemporary-cuba.

[18] Ibid

[19] Ibid

[20] Ibid

[21]이, 지용. “중국 소수민족 문제 현황분석.” 2011. Accessed April 27, 2016.

[22] Ibid