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América Latina no es zona prioritaria para Obama

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Noviembre 07, 2008

Analistas afirman que quienes sueñan con una nueva era en relaciones tienen que despertar.

¿Qué significará el presidente Barack Obama para América Latina? La visión que comparte la mayoría de los analistas en Washington es que “no habrá cambios relevantes ni nuevas iniciativas, aunque sí se producirá una variación en el tono”.

La dura realidad para cualquiera que esté soñando con una nueva era en las relaciones entre América Latina y Estados Unidos es que el presidente electo tiene otras prioridades: la recesión económica y las guerras en Iraq y Afganistán.

Según Daniel Erikson, del centro de estudios Diálogo Interamericano, esos temas tendrán preponderancia sobre otras cuestiones, entre ellas América Latina. “Pero sí que habrá un cambio representativo en el trato con la región con mayor interés en llegar a un consenso y trabajar a través de organizaciones multilaterales”.

A pesar de que existen áreas muy importantes de interés común, como el comercio, la inmigración y la lucha contra el tráfico de drogas, América Latina apenas figuró en la agenda electoral. Ni siquiera los 5.000 millones de dólares gastados en Colombia en la lucha contra el narcotráfico formaron parte de la campaña.

Los expertos dicen que el gabinete de Obama recibirá pocas presiones para cambiar la política estadounidense respecto a las drogas. Barack Obama se ha mostrado favorable al Plan Colombia y a los $ 400 millones otorgados por el Plan Mérida para combatir el narcotráfico en México y América Central.

Sin embargo, un área en la que habrá algún cambio será la que concierne a Cuba. Durante su campaña presidencial, Obama dijo que levantaría las restricciones impuestas por George W. Bush a las visitas a familiares en la isla y a los envíos de remesas, dos políticas que cuentan con el respaldo de muchos cubano-estadounidenses.

En todo caso, hay pocas expectativas de que se produzca una ruptura en el embargo comercial que ya dura 46 años.

Según Erikson, “el lobby cubano-estadounidense puso mucho dinero en las elecciones al Congreso, por lo que es poco probable que se interrumpa el embargo a Cuba”.

Larry Birns, director del centro de estudios Consejo para Asuntos Hemisféricos, afirma que hay pocas esperanzas de que haya cambios drásticos en las políticas de Obama hacia la región.

El presidente electo tiene fama de oponerse al libre comercio. Obama votó a favor del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Perú, pero se opone a un acuerdo similar con Colombia, alegando el asesinato de líderes sindicales en ese país. “El TLC con Colombia podría verse sometido a difíciles negociaciones en el Congreso, incluso antes de que Obama sea juramentado”, señala John Walsh, de la organización no gubernamental Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.

Walsh y otros piensan que el nuevo Congreso estará más opuesto ideológicamente al libre comercio por lo que se dificultarán las negociaciones de nuevos acuerdos de este tipo con América Latina.

En cuanto a la inmigración, Obama dijo en la campaña que los controles fronterizos deberían ser más estrictos pero que también es necesario desarrollar un conjunto integral de reformas que establezca un camino hacia la regularización.

Según Walsh, Obama tendrá gran interés en ser respetuoso con América Latina y en que se vuelvan a encauzar las relaciones con la región después de los años del gobierno republicano de George W. Bush.